Hemos aplaudido el éxito de su plan de vacunación. Hemos celebrado el mantener la dolarización. Lo felicitamos por el aumento del salario mínimo vital, y reconocemos la reactivación económica, pero no encontramos transparencia y ni enmiendas que nos convenzan; el señor presidente acaba de crear la Secretaría Pública Anticorrupción para poner la transparencia gubernamental en manos de una Secretaría adscrita a la Presidencia de la República, y con ello pretender maquillar una política estatal inexistente de honestidad.
Y su consejero, sin rubor, asegura que 800 organizaciones respaldan la creación de la Secretaría ad hoc de la nubosidad, desoyendo los dictados de la Constitución, de que es el pueblo el primer fiscalizador del Estado en ejercicio de su derecho de participación, y que corresponde a la sociedad civil fiscalizar el manejo de los dineros, bienes y efectos del sector público. Pero lo que esperábamos conocer el 24 de mayo, era el anuncio de cómo iba a gobernarnos sin entregarnos a las fauces del correísmo, y a tolerar una Comisión de la Verdad que, parcializada, ha proclamado que declarará a esos, como perseguidos políticos, la nulidad de sus enjuiciamientos, la libertad y hasta que tienen derecho a ser indemnizados. ¡Te lo pedimos, Señor, no permitas la destrucción del país en manos de una ‘alianza de la paz’ conformada por el lassismo y correísmo. Te lo suplicamos, Señor, no por quienes ya padecimos gobiernos de infierno y sobrevivimos en despojos, sino por el futuro de nuestros hijos, nietos y de nuestra patria! (O)
Franklin Moreno Quezada, doctor en Jurisprudencia, Guayaquil