Ecuador se endeudó con petrodólares y ha mantenido esta política –con una sola excepción– pese al incremento de las tasas, tras la contracción de los depósitos por la normalización del consumo suntuario árabe y la menor demanda del petróleo.

Este Gobierno amasa casi $10.000 millones en la reserva y no da señales de querer salir de la trampa de la deuda externa al no generar un ‘colchón’, sugerencia casi protectiva del FMI (Fondo Monetario Internacional) para una urgente inversión en educación, salud, mejoramiento de barrios pobres (Banco del Estado), rehabilitación social con presupuesto insólitamente disminuido en $ 99 millones, mientras asistimos inerme, a un inaudito escenario de personas muertas colgadas en puentes en Guayaquil (P. Granda); para escuelas que no abren por falta de infraestructura; provincias sin agua potable por tubería, siete de cada diez ecuatorianos que no acceden a canasta básica. Ninguna persona sensata quiere continuar con este modelo poco humanista que amenaza la seguridad, dignidad y libertad de los ecuatorianos. (O)

Diego Fabián Valdivieso Anda, economista, Quito