Estamos viviendo la menopausia del planeta Tierra; sofocantes calores, fríos glaciales, copiosas lluvias, prolongadas sequías, rayos ultravioleta extremadamente altos, gases de efecto invernadero. En fin, el clima errático ha borrado la nomenclatura de las estaciones que hace cincuenta años eran explícitas. La causa, la irresponsabilidad del hombre que irrespetó a la Pachamama, que enojada pasó factura al agresor. La que revelándose desde sus entrañas hasta la periferia, provocando constantes movimientos de la masa tectónica y reactivando los volcanes dormidos generando como consecuencia temblores, terremotos, deshielos, tsunamis, huracanes, tornados y tormentas. Hemos sido testigos del medioambiente alterado y de fenómenos meteorológicos impredecibles en la periferia, expresado por diversas variables: temperatura, presión, viento, radiación solar, humedad, tormentas eléctricas, malformaciones humanas, vegetales y animales, plagas desconocidas, enfermedades raras, resurgimiento de enfermedades, etc.

Educar para resistir el olvido: un llamado urgente al Estado ecuatoriano

Nosotros, los inquilinos somos quienes más cambios hemos tenido, en el campo intelectual la humanidad ha adelantado considerablemente, la ciencia y la tecnología han dado pasos agigantados: del ábaco a la IA, del trabajo humano al humanoide, del transporte animal al taxi aéreo, de la telegrafía al internet, del autoabastecimiento al consumismo extremo, de la tienda de la esquina a las grandes cadenas de supermercados, de la humildad a la soberbia, del hurto a las bandas criminales, etc.

El poder de la imaginación

En resumen, en medio siglo, la inteligencia natural ha crecido y ha permitido un vertiginoso adelanto material del hombre, pero la inteligencia emocional ha retrocedido. La Tierra está en proceso de destrucción, despertemos inquilinos antes de que sea tarde, amemos a la Pachamama y amémonos los unos a los otros. (O)

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Marco A. Zurita Ríos, Quito