El gobierno de Guillermo Lasso debe hacer un cambio profundo en la educación porque está enviciada de malas decisiones de los gobiernos anteriores.
Dar un cambio a base de una evaluación rigurosa que va a llevar tiempo. La ministra y asesores deben tener una visión exacta de la realidad y lo que el país requiere para entrar a la educación del futuro en el contexto de los sistemas educativos del mundo que se asienten en el maestro. Aunque se avanza en tecnología, siempre habrá necesidad del profesor en la acción educativa. Un buen maestro se asienta en dos parámetros indispensables: formación y capacitación, esto no existe en la educación básica. En el gobierno de Correa cerraron los institutos pedagógicos que eran para formar a este tipo de maestros, pero se fracasó. Ante la falta de maestros se creó el programa ‘Quiero ser maestro’ para que con un concurso de merecimiento y una pequeña capacitación, profesionales de todo tipo ejerzan la docencia. Estos nacientes profesores después de tres o cuatro años de ejercicio son cesados, para dar paso a otros profesionales escogidos por parentela o compromisos políticos. De la capacitación es mejor no hablar porque quienes manejan los distritos y circuitos, en mayoría no saben de educación, sus perfiles no son adecuados. Son retos para la ministra de Educación formar maestros eficientes, crear un sistema de capacitación de profesores sobre conocimientos técnicos, pedagógicos, tecnológicos, humanos; elaborar una nueva Ley de Educación Intercultural, y una nueva Ley de Escalafón para que el maestro ascienda a un grado superior con preparación constante; dar nombramientos definitivos; evaluar la eficiencia de los distritos y circuitos; liberar al maestro de persecución y de abundante papelería que no sirve, etc.; hacer una evaluación consciente de lo que amerita cambiar en el sistema de educación. (O)
Rodrigo Herrera Cañar, abogado, Guayaquil