Yo creía que la magia son trucos que solo creíamos de niños, pero ahora resulta que ¡no! Que mágicamente aparecen y desaparecen personas, cosas y papeles en Ecuador. Realmente me duele el alma ver a mi país agonizando ante tanta corrupción. Quienes intentamos seguir sosteniéndonos a flote estamos siendo arrinconados, y no contentos con ello nos siguen poniendo peso encima para acabar de ahogarnos. Los miles de ecuatorianos que, de una u otra forma, lograron huir de este caos miran desesperados cómo rescatar a sus familias para ponerlas a salvo, y el grupito que nunca falta, el que no acata las reglas, el que da problemas y quiere todo sin esfuerzo sigue ganando terreno y quiere imponer sus reglas y leyes.
Creo que si dejamos de creer en la magia y nos hacemos responsables, salimos de esta.
¿Acaso ya nos ganaron?, al parecer, estamos acostumbrándonos a ver magia y hacernos los ingenuos, mientras roban, y todos se hacen los que justo en ese rato parpadearon y no vieron nada. Acaban con la vida de un ser humano y ya la sociedad parece haber normalizado el horror y la maldad. Andamos más pendientes de la vida de los famosillos, los memes, los chismes de pasillo, o de vernos estéticamente agraciados y aparentar una vida perfecta, en lugar de coger las riendas de nuestro destino. ¡Señores!, los delincuentes se crean al educar niños con falta de valores, por creer que libertad es hacer lo que nos da la gana y no haberles enseñado que toda meta o sueño se conquista trabajando y ganándoselo.
La educación debe ser prioridad del Estado
Los delincuentes son el resultado de no haber puesto mano dura a tiempo, la educación viene de casa; enseñándoles a ser respetuosos, agradecidos, empáticos, responsables, justos, poniendo reglas, decir ‘no’ no trauma a nadie. ¡He aquí el resultado!, un Ecuador en estado crítico, que cada día se hunde más.
Publicidad
Creo que si dejamos de creer en la magia y nos hacemos responsables, salimos de esta. (O)
Aissa Tatiana Pazmiño Real, Guayaquil