Desde hace más o menos ocho años se han puesto de manifiesto muchas formas de explicar las mañoserías de Gobiernos que, lamentablemente, se han visto sumergidos en un mar de corrupción. Con evidencias, con procesos judiciales y con testimonios que pueden ser considerados creíbles para un gran porcentaje de la población, que se deja llevar por las reglas del sentido común, los vinculados a los tantos casos como Odebrecht, Petroecuador, Arroz Verde, Caminosca, Petrochina, INA Papers, Singue, Purga y tantos más, que la memoria resulta insuficiente, siguen apareciendo como líderes de una “ideología” perversa que solo busca el bienestar inmediato de unos cuantos, en detrimento de la paz de la inmensa mayoría que continúa desprovista de lo más elemental, como salud, vivienda y educación.

Exijamos seguridad y justicia real

Discutir con una persona alienada es como tratar de que una persona con los ojos vendados meta el hilo en el ojo de la aguja. Es imposible encontrar el razonamiento lógico en los fanáticos que no ven nada. Y lo que es peor, se termina perdiendo el respeto y las consideraciones se caen al suelo.

Es increíble que personas de un nivel académico respetable lleguen a los extremos del fanatismo. Entonces surgen preguntas como: ¿desde cuándo el país cayó en las manos de Los Lobos, Tiguerones, Choneros, Chone Killers, Latin Kings, Ñetas y toda la lista de maleantes que tiene en zozobra al Ecuador?, ¿desde cuándo se incrementó el consumo de drogas en nuestra juventud?, ¿desde cuándo la inseguridad nos arrastra diariamente?

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Terminemos con la política nociva al país

Y se producen las reacciones más inverosímiles que podamos imaginar. Unos dicen que votaron por la lista tal, para que regrese el líder de sus sueños, porque a él no le van a hacer relajo ni en las calles ni en las cárceles y que ya no van a darse las ‘vacunas’ ni los secuestros, porque él les hablará, se pondrán de acuerdo para que vuelva la calma. Esa es la lógica con la que una buena cantidad llegó a sufragar. Otros sostienen que en el recinto electoral estaba una persona vigilando que la gente vote bien, porque si no en el barrio le ajustan las cuentas.

Un profesor fiscal me dijo que votó por esa lista porque el líder que ahora está fuera del país le mejoró el sueldo, como si el presidente fuera el dueño de una hacienda llamada Ecuador. El profesor no recapacitó en que su sueldo sale del dinero de todos los ecuatorianos.

Ingrata tarea

En cambio, un amigo que siempre se dedicó a los negocios y su dedicación le arrojó excelentes frutos me dijo: “Yo ya vendí la mayor parte de mis bienes, solo dejé algo para que trabaje mi única hija y yo me voy a vivir fuera del país”.

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Así de diversas e increíbles son las reacciones de los ciudadanos que volverán a las urnas el próximo 13 de abril, pero escasas, muy escasas son las posturas que coinciden con enderezar lo torcido; con poner el bien donde se ha entronizado el mal; con las aspiraciones de tener un país que avance respetando la ley, la vida y las buenas costumbres.

Ojalá que ese día coincidamos en una conducta apropiada y escojamos lo correcto para eliminar todo lo que está mal. (O)

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Enrique Álvarez Jara, periodista jubilado, Guayaquil