No encuentro las palabras y mis pensamientos para ensalzar a una mujer, en este siglo, donde las guerras y las luchas intestinas acaban por someter a sus pueblos que piden paz, justicia social, salud y empleo.

El potente mensaje del Nobel para María Corina

Venezuela, un país que vive sometido por una dictadura por más de 20 años instaurada por un coronel que se afianzó poco a poco para dirigir un Estado que en su época gozaba de una gran riqueza, que venía principalmente del petróleo al ser uno de los más grandes productores de la región.

El destino de este rico país estaba predestinado a sufrir las más excéntricas acciones que hicieron millonarios a unos pocos, entre ellos los militares y cuando murió Chávez tomó las riendas un usurpador que empobreció más a todo un país. Pero Dios puso su mano divina a una mujer que entregó su pasión, su vida y su lucha incansable, María Corina Machado, una ingeniera industrial de profesión que se atrevió a enfrentar a Nicolás Maduro, personaje oscuro rodeado de los más altos mandos militares, como Diosdado Cabello, Padrino López y muchos otros, quien empezó un nuevo periodo presidencial a pesar de que en las últimas elecciones, según reportes de la oposición, ganó ampliamente Edmundo González. El poder de Maduro es tanto que manejó todo el aparataje de un Estado, encarceló a sus opositores y criminalizó las manifestaciones.

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El Premio Nobel de la Paz

Siempre se ha dicho que Manuelita Sáenz fue la Libertadora del Libertador, Simón Bolívar, guardando el respeto y la distancia, yo diría la Libertadora de Venezuela es María Corina. Y por su lucha, coraje y valentía le llegó un alivio a su sacrificio, un galardón, el Premio Nobel de la Paz. Este premio lo compartió con Donald Trump, ahí se vio la nobleza de su corazón. Esperemos que los tantos refugiados en algunos países del mundo puedan ver la luz a al final del túnel. (O)

Luis Mario Contreras Morales, Quito