El mes de agosto en la historia ecuatoriana registra fechas trágicas que han causado mucho dolor y angustia. Así tenemos el 2 de agosto de 1810, en que las huestes españolas del Cuartel Real de Lima masacraron a nuestros próceres que un año antes, el 10 de agosto de 1809, dieron el primer grito de libertad en América. El 9 de agosto de 2023, el asesinato de un líder en la lucha contra la corrupción de las mafias que han gobernado nuestra nación y candidato a la Presidencia de la República, Fernando Villavicencio. Él ofrecía cambiar el país y acabar con las bandas de la delincuencia institucionalizadas en todas las funciones del Estado, ofreciendo sanear el Gobierno y recuperar los recursos robados.
La fiscal general debe recoger este legado de la víctima inmolada en la tarde del 9 de agosto. Además, esta institución debe tramitar de manera urgente las denuncias presentadas por Villavicencio en su lucha contra la corrupción y así honrar su memoria. La historia lo recordará como un héroe que luchó hasta el fin de su valiosa vida denunciando al pueblo ecuatoriano la corrupción de sus actores políticos. Este reto debe tomar la Fiscalía y poner en evidencia ante el pueblo ecuatoriano la verdad de estas denuncias en contra de los corruptos, quienes son los autores de los problemas que ahora atraviesa el país. (O)
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Gustavo Chiriboga Castro, abogado y economista, Quito