Se ha publicado esperanzadora información que anuncia la unión de criterios de autoridades de cuatro universidades para auscultar la salud mental de sus alumnos ante la presencia de problemas económicos, hogares disfuncionales, discapacidad, desempleo, inseguridad, aumento de la violencia y delitos. Hay múltiples factores que afectan la salud mental de los estudiantes que, en lo personal, les pueden causar ansiedad, temor o depresión, y en lo académico, fracaso educativo y deserción. Estas instituciones se unen para implementar un sistema de evaluación psicométrico que les permitirá conocer detalles sobre la inteligencia emocional, funcionalidad familiar y redes de apoyo de los estudiantes, y sobre esa base, tomar decisiones. Es un proyecto que también apunta a reducir la deserción estudiantil y elevar su retención.

Salud mental de estudiantes, un aspecto que atenderán cuatro universidades de Guayaquil para evitar deserción

Aplaudimos esta positiva decisión de la Universidad de Guayaquil, Espol, Universidad de las Artes y la Universidad Casa Grande y nos permitimos sugerir, considerando importante, realizar una cruzada similar en otros ámbitos de la sociedad, como en la salud que está desatendida, principalmente a personas aquejadas de enfermedades terminales difíciles de curar, lo cual motiva que los pacientes se encuentren con intensa preocupación y lógicamente con peligro de recaer en su enfermedad y los familiares con peligro de enfermar. Por ello nos motiva esta inquietud de que en el grupo familiar sea tratada la salud mental. Es posible aseverar que en el país no ha existido atención médica para evitar que las emociones perjudiquen a los cuerpos de los habitantes, más aún que desde algún tiempo atrás se experimenta un aumento de la violencia y delitos. Siempre se han preocupado por lo corporal y la mente no es tomada en cuenta. (O)

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Rodolfo López Osorio, arquitecto, Guayaquil