El estado caótico en que vive el ciudadano ecuatoriano derivado de la violencia criminal ha condicionado cambios en el porcentaje de los problemas clínicos psiquiátricos. Anteriormente la depresión mantenía los porcentajes más altos en el diagnóstico, pero el hecho de que en forma directa o indirecta hemos sido impactados en forma traumática por eventos relacionados con la actividad delincuencial, ha cambiado dramáticamente hacia porcentajes más altos del cuadro clínico denominado estrés postraumático, el que tiene varias etapas que van desde la fase de intrusiones, consistente en un estado extremo de ansiedad, pérdida de sueño, miedos excesivos que impiden el funcionamiento social y laboral, se revive el evento que causó el trauma. Posteriormente le suceden etapas en la que el paciente está sometido a un constante temor alimentado por las noticias desalentadoras del día a día, por la información verbal, social o las que realizan los organismos de comunicación, y muchas veces por la repetición del evento traumático propio o de la familia.

Invertir en salud mental

Muchos pacientes desarrollan cuadros psicóticos de tipo paranoide, con pérdida del sueño y ansiedad extrema, que afectan otros sistemas como el cardiovascular, como son cuadros de hipertensión arterial, angina de pecho y hasta infartos cardiacos.

Por esta razón se hace pertinente la atención psiquiátrica que permita superar el problema en forma adecuada frente a la vivencia desagradable del denominado estrés postraumático, ya que este tiene una duración que va de mediana a prolongada, afectando severamente a múltiples sistemas del organismo humano, como el aparato digestivo o el sistema cardio circulatorio, con un riesgo aumentado de accidentes cerebrovasculares e infartos cardiacos.

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Otras personas desarrollan conductas anormales como bulimia o anorexia, mientras que otros desarrollan conductas compulsivas, como la afición a los juegos, uso excesivo del celular, realizarse exceso de tatuajes o de lesiones en la piel, lo que aparentemente tiene expresión punitiva por que se culpabilizan innecesariamente del acto traumático.

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Otros pacientes que no alcanzaron la fase de recuperación o resolución adoptan conductas agresivas como conducir con violencia sus autos o tender a utilizar lenguaje soez conductas que antes no la tenían.

Se recomienda una atención adecuada de todas las personas que han tenido eventos traumáticos, ya que en la mayoría de los casos tienden a desarrollar cuadros secundarios peligrosos para su salud y de su familia. (O)

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Pedro Benjamín Posligua B., médico neuropsiquiatra, Guayaquil