Nuestro planeta está sufriendo a nivel nacional e internacional de un estado caótico incontrolable. La teoría general de los sistemas aborda con claridad el problema actual existente, en la que el caos social se ha tornado incontrolable para la humanidad.
Partiendo de una condición inicial de normalidad y equilibrio, desgraciadamente en los últimos tiempos hemos tenido un estado de incertidumbre e inestabilidad que se explica a través de lo que la teoría de los sistemas lo explica como campos borrosos en las que se acoplan por un lado lo probable y lo causal, dando como resultado un estado de enorme inestabilidad. Las leyes, los programas sociales, el estado económico, la pérdida de los conceptos morales o éticos, etc., se acoplan a los eventos irracionales de guerras entre naciones y a estados de enorme peligrosidad como es el avance internacional del tráfico de drogas y la incorporación de seres humanos a las conductas adictivas que van destrozando la capacidad de funcionar en especial de los jóvenes que se adhieren al consumismo irracional, con lo que los estados pierden su posibilidad de crecimiento futuro hacia la estabilidad y el equilibrio. Cuando esto sucede inevitablemente se produce lo que la teoría describe como entropía o caos.
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La responsabilidad profesional y el activismo jurídico y político
Los abordajes desesperados de los Estados pretenden dar soluciones focalizadas en sus propios países, sin entender que en realidad el marco conceptual va más allá de sus propias fronteras, por lo que los gobernantes al no entender la dimensión del problema generan decisiones que resultan fallidas y frustrantes, como que si estuvieran jugando a romper la piñata vendando previamente los ojos.
El mundo requiere de un cambio extremo tendiente a un cambio total y radical de las expectativas humanas, ya que como observamos hemos perdido el respeto por la humanidad y hemos sido invadidos por conductas en las que se protege y fortalece a la delincuencia a través de circuitos de retroalimentación en el que se da cabida excesiva a los eventos autodestructores de la delincuencia en las notas informativas existentes en los países. Recordemos que todo el caos actual estuvo precedido por diez años o más en la que la mayoría de las telenovelas giraban alrededor de la narcodelincuencia, siendo esto una especie de vacuna que desensibilizaba la noción del peligro que tendríamos que enfrentar más tarde.
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¿Qué fue primero el huevo o la gallina?
Las leyes que servían para las épocas de paz resultan insuficientes para abordar la situación actual, por lo que resulta incomprensible para la humanidad que se haya destruido los derechos de las personas que cumplen con su país dentro de la normalidad, mientras que en cambio se han excedido en los derechos proteccionistas de la delincuencia. Es preocupante la resistencia que ponen ciertos políticos para resolver este problema. (O)
Pedro Benjamín Posligua B., médico neuropsiquiatra, Guayaquil