De cuando en cuando se pronuncian autoridades, políticos, medios de prensa, sobre la grave situación por la que tienen que pasar adultos mayores no pensionados e inclusive formulan ‘soluciones’ que están muy alejadas de la realidad del país, como aquella de ahorrar parte del sueldo y de los décimos en la etapa de su vida productiva; cuando se sabe que por los bajos sueldos y salarios mínimos vitales nuestro pueblo no tiene capacidad de ahorro y los intereses que paga la banca a los cuentaahorristas son ‘de salir corriendo’.

Debemos tener presente que estamos dolarizados, la mayoría de ecuatorianos nunca antes manejó el dólar como divisa, peor como moneda de uso corriente, motivo por el cual de manera inconsciente en la práctica económica cotidiana, no supimos en su momento sopesar el real costo de un dólar al equivalente de su valor nominal de 25.000 sucres. Aunque ya no usemos el sucre, no se puede perder ese cálculo del valor nominal o valor sustancial en todo lo que estamos comprando, pagando y cobrando en dólares, y más cuando realizan comparaciones económicas con países con moneda propia. No resulta creíble que con la dolarización es mínima nuestra inflación. Si comparamos precios de los artículos, bienes y servicios de los países vecinos sean de producción propias o importados, con nuestros precios, los productos de Perú, Colombia, Chile, etc., son más baratos hasta en el 50 %. Desde el punto de vista comercial esos mismos productos, bienes y servicios adquiridos por nosotros a precios onerosos, hacen efecto en nuestros bolsillos. Aun existiendo mayor flujo de dólares por exportaciones, los precios de las importaciones y de nuestra producción nacional se incrementan, y por el poco poder adquisitivo de los trabajadores y los desempleados se provoca una estanflación, o sea una combinación entre inflación y estancamiento comercial elevando el costo de la vida, el empobrecimiento. Al evitar que los dólares circulen con mayor fluidez se comprime el medio circulante. En caso de existir mayores ingresos por exportaciones no se pretenderá desvalorizar la moneda estadounidense en referencia al valor nominal en que se estableció la dolarización (9 de enero de 2000). Con una mayor cantidad de dólares en circulación no es procedente que siga manteniendo el valor inicial de 25.000 sucres, cuando ya debería ser menos por el crecimiento de la economía, pero eso no ocurre. (O)

César Jijón S., Daule