Concluida la gira presidencial de Daniel Noboa, los diversos sectores se preguntan cuándo se verán los resultados, la imperiosa necesidad de solucionar lo más pronto posible los problemas del país lleva a cuestionarse lo efectivo de estos desplazamientos. Pero hay que tener presente que luego de muchos años de que Ecuador giró ideológicamente hacia un “club de amigos” donde primaron los intereses particulares, que crearon instituciones para favorecer sus intereses, construir estatuas de homenaje alrededor de América Latina para así “perdurar su pensamiento” y que ahondaron en prácticas corruptas que han llevado a la cárcel a algunos de ellos, otros prófugos para no enfrentar las leyes y la justicia, y la lista continúa. A eso, en el caso de Ecuador, los problemas de institucionalidad de los últimos años, pugna entre los poderes del Estado que llevó a una muerta cruzada, elecciones anticipadas, inseguridad ciudadana, etc.
Enfrentar el crecimiento de la delincuencia organizada
Por lo anterior, generar confianza es primordial para avanzar en las relaciones entre los países y sus gobernantes, ese estilo de diplomacia directa tiene resultados fructíferos y más aún si a los líderes que se ha acercado el presidente son de las economías más desarrolladas, desde apoyo en seguridad, reflejado en equipamiento técnico y capacitación; inversiones en sectores como agricultura, transporte, hidrocarburos, energía, entre otros. Asimismo, evaluar la posibilidad de acuerdo comercial, enlazar las empresas de ambos países y demás oportunidades.
Ruta para resolver la pobreza y desigualdad en Ecuador
Este tipo de diplomacia directa que impulsa Noboa será fundamental como estrategia para insertar al país en el contexto global, mejorar sus relaciones políticas y comerciales basadas en pragmatismo y no ideología, así también atraer inversión extranjera directa que nos hace falta. Los resultados vendrán, no se trata de una carrera de velocidad, sino de persistencia. (O)
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Jorge Calderón Salazar, analista económico, Guayaquil