El jubilado es la persona que cumple con su trabajo los años de servicio requeridos por la ley y, cuando finaliza su ciclo laboral, deja como ejemplo la honestidad, entrega, responsabilidad y la gran satisfacción de haber aportado en beneficio de los suyos y progreso del país. Son grandes y feroces batallas que vivieron a través del tiempo recorrido, cayéndose y levantándose, cumpliendo con el deber de padre o madre, dando todo de sí, dejando huellas y haciendo caminos al andar.
A través de tantos años de trabajo, el jubilado deja pasos imborrables. El doctor deja pacientes agradecidos; el abogado justo y honesto deja la gran satisfacción de ayudar en causas nobles; ingenieros de distintas disciplinas dejan obras tangibles y son recordados como grandes hombres del saber; el comerciante honesto que envejece en su negocio y deja su juventud; y el agricultor, brazo de hierro que labra la tierra, sus manos son fuente de vida.
Con optimismo de tiempos mejores, deseo de todo corazón felices fiestas a los jubilados...
Entre todas las jubilaciones, que no alcanzo a enumerarlas, hay una que debe ser reconocida y exaltada porque es la base de todas las profesiones: la del maestro. El docente es aquel que enseñó a coger el lápiz a un niño, que lo recibió con un abrazo cuando el párvulo no quería separarse de su madre, que le enseñó las primeras letras y escribir su nombre, que por medio de la lectura le hizo soñar con mundos diferentes al suyo, viajar al pasado y mirar el futuro.
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El ser humano jamás debe olvidar la gratitud
Hoy los jubilados están en el rincón del olvido, ignorados por la sociedad. Ellos son un cúmulo de saberes: ¿por qué no recurrir a unos de ellos para asesoría? Preguntemos con cariño al jubilado de pelo blanco cómo encontrar caminos hacia el éxito y lograremos las metas soñadas.
Pago de jubilación complementaria
Con optimismo de tiempos mejores, deseo de todo corazón felices fiestas a los jubilados de mi patria, grandes y nobles inspiradores de sueños, esperanzas y triunfos. (O)
Alicia Carriel Salazar, docente, Guayaquil