Hasta cuándo el pueblo ecuatoriano no ve un verdadero combate, que corte, extirpe duro la delincuencia.

Los caballeros amigos que se encontraban tomando un café en la ciudadela Kennedy y vieron a un malvado ratero asaltar a un ciudadano, corrieron detrás del cobarde ladrón que fugó por miedo a un castigo o una sanción, que los hubiera tenido merecido; pero fue atrapado gracias al público que colaboró gritando que lo cojan, y obstaculizándole el paso, hasta que uno de los caballeros lo retuvo aplicándole una llave de defensa personal, sosteniéndolo con sus brazos y piernas en el piso hasta que llegara la policía. Agotador debe haber sido para el caballero que colaboró agarrando al delincuente que ahí no fue machito bravo, sino que pedía ayuda como angelito. Estos delincuentes no tienen compostura, si tienen que robar, matar, lo hacen a sangre fría. El país está lleno de lacra de la delincuencia. El asalto se vio por las redes sociales y los medios de comunicación. La pregunta del millón: ¿este cobarde y peligroso delincuente está preso, cuántos años le metieron de cárcel, o está en la calle otra vez con muchos años libres para seguir haciendo daño? Policía, militares, Gobierno, prensa, no han informado, no han presionado para que el delincuente sea sancionado, ni saber de dónde salió este ratero. Los ecuatorianos de bien agradecemos a todos los ciudadanos que participaron entregando al ratero a los policías. Ojalá le caiga la ley. (O)

Ana Carolina Pezo, Guayaquil