Nuestro país de antaño donde podíamos salir libremente a las calles de cualquier ciudad, con cierta precaución, sin lugar a duda hoy ya no existe.
Los índices de delincuencia, violencia, asesinatos y extorsiones están por las nubes, mientras las autoridades gubernamentales están cruzadas de brazos viéndonos caminar a los que aún quedamos entre charcos de sangre y miedo.
Una niña fue herida en balacera durante fiesta en Manta
El narcotráfico, la delincuencia organizada, e incluso la común, se han apoderado de cada rincón de la patria generando pobreza, miedo, cierre de locales e inseguridad de toda índole.
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Mientras tanto, entre partidos de fútbol y campañas políticas distraen nuestra atención. Nos aseguran que cada uno de los candidatos tiene la fórmula que solucionará los conflictos del país como arte de magia cuando todos los politiqueros han sido los causantes del inmensurable derramamiento de sangre que hoy tiene el país. Ojalá en estas elecciones nosotros, los mandantes, podamos escoger al mal menor. (O)
Allen Alfredo Silva Córdova, Milagro