La elección del presidente de la República del Ecuador en octubre puede ser un antes y un después para el país, o puede ser más de lo mismo de lo que ya hemos vivido. Realmente, para mí, como ciudadano objetivo y sin fanatismos, ni odios, creo ver en los dos candidatos finalistas un futuro que ofrece más de lo mismo de lo que ya se ha vivido en el Ecuador.

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Por sentido común, seguramente, él o la candidata electo, gobernará con los grupos que tiene detrás, independientemente de los caminos y modelos de gobierno que tome el ganador, es por esto que veo más de lo mismo, a no ser que exista una sorpresa. Otro punto en contra es que, a los dos finalistas, desde mi perspectiva, se les puede escuchar en sus intervenciones bastante improvisados, diciendo lo que los votantes quieren escuchar, sin mayor preparación ni madurez para gobernar al Ecuador.

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Esperemos que quien gane actúe con responsabilidad para con todos los ecuatorianos, que no repita patrones de actuaciones corruptos y nocivos, tales como el encubrimiento, el autoritarismo, el favoritismo para grupos de poder económico y que no sea un inoperante ante grave situación social y económica.

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Que Dios nos guíe. (O)

Pedro Triviño Rodríguez, docente, Barcelona, España