Culminó con éxito esta histórica jornada electoral que mantuvo a los ecuatorianos en permanente zozobra y expectativa por largo tiempo.
Este triunfo avasallador de la democracia nos permitió comprobar que el pueblo ecuatoriano ha madurado políticamente, pues ya no resulta fácil convencerlo con falsas promesas, ofertas ni dádivas de ninguna clase. Bien por ello y, gracias a la inteligencia y pericia de su candidato, se logró poner a buen recaudo las actas y papeletas y así evitar un fraude. Al fin llegó la victoria de la patria y, con ella, la esperanza de mejores días.
Increíblemente fueron los adultos mayores (ancianos) los que participaron, activa y patrióticamente, en esta contienda y sellaron con su voto la voluntad del pueblo soberano. Gente que con sabiduría y vasta experiencia apostó por este honroso y definitivo triunfo que hoy celebramos alborozados.
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Otros protagonistas no menos importantes, dignos de ser reconocidos y felicitados fueron, sin duda, los miembros de la Policía Nacional y las gloriosas Fuerzas Armadas que, aparte de resguardar el orden en los recintos electorales, impidieron que la acostumbrada “mano negra” hiciera de las suyas.
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Pueblo ecuatoriano, felicitémonos porque a través de nuestro voto patriótico y consciente destruimos las asechanzas y frustramos las nefastas intenciones del enemigo. Ahora solo nos queda apoyar a nuestro presidente para que este logre cumplir a cabalidad sus ofertas y así nuestras expectativas lleguen a feliz término, manteniendo siempre la armonía, la cordura y la paz que tanto nos costó conseguirla.
¡Viva el Ecuador libre y soberano! (O)
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Fabiola Carrera Alemán, Quito
