El Municipio de Guayaquil planifica técnica y económicamente las obras de beneficio comunitario a ejecutar.

Para el caso concreto del nuevo aeropuerto, planificado desde hace 50 años y calificado por instituciones financieras internacionales que han concedido empréstitos para su ejecución en Daular.

Ahora contrarios prepotentes opinan sobre la ubicación y sugieren a Taura como sitio conveniente, es más, con criterios favorables de ingenieros civiles idóneos, que han trabajado en Taura.

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Con el ingeniero Arístides Antepara hicimos trabajos en la Base de Taura, como funcionarios del Comité Ejecutivo de Vialidad, institución que construyó la vía Durán-Tambo-Taura. Para llegar a Taura desde Guayaquil debe utilizarse la av. Pedro Menéndez, cruzar el puente sobre el río Guayas y la autopista Nicolás Lapentti, vías que a todas horas están congestionadas y con los usuarios del aeropuerto en ese lugar sería imposible llegar en menos de dos horas por 30 kilómetros de recorrido.

Para Daular, los estudios están completos, de todos los componentes de una terminal aeroportuaria internacional. Estudios de este tipo tienen costos elevados y su tiempo de ejecución es de más o menos 2 años. Para Daular, los terrenos para su ubicación están delimitados y expropiados, lo que para Taura sería un trámite previo.

Como sucedió con el parque Samanes, el acueducto para Monte Sinaí, la avenida del Bombero, la burocracia centralista solo retrasa obras, con lo que afecta su credibilidad y retrasa la ejecución de obras de gran aliento y de beneficio ciudadano de Guayaquil y Ecuador. (O)

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Carlos Bernal Lange, ingeniero civil, Portoviejo