Cada vez que escucho esta palabra, mi corazón se sonroja, mis brazos se mueven simulando un abrazo, mis piernas se vuelven más veloces, mi mente se torna ansiosa y hasta mi estómago abre su apetito. Qué hermosa palabra, pero aún más maravilloso es el significado que nosotros como familia le otorgamos.

La música y sus beneficios

Regresar al hogar es como si compitieras en una carrera de Fórmula 1. Primero vas por la vida a una supervelocidad esquivando los golpes y sorteando aquello que intencionalmente quiere impactarte para sacarte de la competencia. Aquellas adversidades que esperan una mala maniobra tuya para juzgarte, criticarte, señalarte y desplazarte. Aquellas decisiones importantes que esperan que tú asumas el riesgo mientras ellas observan cómodamente la carrera desde las tribunas.

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En la manada jamás tendrás libertad

Pero allí continuamos piloteando nuestras vidas, usando nuestro traje y casco, engrandeciendo la carrera con nuestra presencia, concentrados en la meta y firmes en el volante, pero también desesperados por llegar rápidamente a la parada técnica, aquel lugar tan deseado donde se recibe mantenimiento para luego continuar. Aquel lugar lo llamaremos hogar.

¿El espíritu o la materia?

En ese hogar sabes que te esperarán con muchas sonrisas que serán tu motivación. Sabes que en el hogar te ayudarán a cambiar los neumáticos que la vida te desgasta día tras día. Tú sabes que en el hogar te arreglarán los daños que sufres por momentos mal intencionados que constantemente quieren verte derrotado. Tú sabes que en el hogar te llenarán del combustible que necesitas para que al día siguiente te puedas levantar y estar listo para la siguiente carrera de la inercia y cotidianidad de tu trabajo, de tu empresa, de todos los problemas que te afligen y agobian.

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La poesía está agonizando

Pero al final cruzarás la bandera de cuadros y obtendrás la victoria, festejarás con champaña y dentro del trofeo del triunfo estará tu hogar, esperando por ti, para susurrarte en el oído y decirte: “Te estábamos esperando, ven, pasa adelante para que disfrutes de paz, armonía, para que te contagies de esperanza, para que recibas amor y calma”. Es en tu hogar donde encontrarás seguridad, comprensión y alegría de tus hijos, sean estos tus hijos humanos, perrunos o gatunos, no importa. Lo que realmente importa es que siempre serás bienvenido a este bendecido y caluroso hogar. (O)

Juan Diego Salinas Ochoa, coach motivacional, Guayaquil