No me refiero a ese genio que ordena las notas musicales para que se unan como piezas de un rompecabezas hasta formar una fantástica obra musical. Eso lo dejo para otro momento. Ahora quiero hablar sobre esos otros maravillosos arreglistas que están regados por todo el mundo.
La esencia de la humanidad son los niños
Esos que, aunque el tiempo arrecie, se dan modos para salir adelante. Que cuando todo parece perdido, encuentran la manera de resurgir. Que cuando un corazón está hecho pedazos, lo repara. Si hace frío, te abriga. Si algo te sale mal, te alienta. Si estás tambaleante, te sostiene. Si todo se hace oscuro, te ilumina. Si necesitas alcanzar una estrella, te levanta. Si está presente, te ama. Si ya no está, lo añoras. Si lo llamas, deja todo y te responde.
Conexiones que nutren: del wifi al alma
Ese que todo lo arregla aunque no esté roto, ese es nuestro papá. Ese que cuando necesitas trasladarte a cualquier parte, se convierte en el mejor Uberpapá. Si estás enfermo, te lleva al médico aunque ya no seas un niño. Ese que aunque ya no vivas con él, siempre está vigilante. El que te sigue diciendo “con cuidado” cuando tienes que andar de un lado a otro. Ese que dejará de pensar en ti solamente cuando ya no esté en este mundo, y ¿quién sabe? Ese que solo quiere de ti un abrazo y tu cariño, y que espera ansioso un WhatsApp tuyo de vez en cuando. ¡Feliz día, papá! (O)
Publicidad
Roberto Montalván Morla, Guayaquil