Con el objetivo de frenar el cambio climático, varios países se han comprometido a eliminar sus emisiones de gases de efecto invernadero. Argentina, Chile y Colombia estiman lograr la neutralidad climática en el 2050; Brasil, en el 2060. Mientras tanto, Ecuador planea duplicar la producción de petróleo y la minería; esto no solo afecta gravemente al medioambiente, la salud y biodiversidad, sino también pone en riesgo su desarrollo económico sostenible.

La neutralidad climática ofrece oportunidades que Ecuador debe aprovechar, de lo contrario corre el riesgo de quedarse atrás en el plano internacional perdiendo mercados para exportar sus principales recursos como petróleo y banano y competitividad. En este contexto el país debe cambiar el modelo de desarrollo por uno basado en la economía circular, esto empezaría redirigiendo los subsidios para promover energías renovables y prácticas agrícolas sostenibles. Dada su ubicación geográfica podría ser líder en estos sectores. Lamentablemente esta oportunidad es desaprovechada por cada Gobierno, podrían aprovechar la extensa Costa para instalar parques eólicos marinos, paneles solares o turbinas hidráulicas. Además, la utilización de biopesticidas reduciría gran parte de las emisiones de dióxido de carbono de la agricultura, protegiendo la salud y haciendo que productos como el banano sean más competitivos internacionalmente. Es cierto que la transición hacia la neutralidad climática genera costos económicos, por ende, Ecuador debe atraer la inversión extranjera para que la tecnología requerida sea producida dentro del país y unirse a los acuerdos multilaterales que buscan que dichas tecnologías sean accesibles. Es una oportunidad para que sectores económicos sostenibles crezcan y generen empleos “verdes”. Es imperativo apoyar a las pequeñas y medianas empresas, la recualificación de los trabajadores y garantizar una transición justa. (O)

Carlos José Jalil Gómez, 25 años, analista de políticas; Bruselas, Bélgica