Escribo esta carta como una ciudadana preocupada ante el alarmante incremento de la inseguridad que vivimos todos los días en Ecuador. La violencia, los robos, las extorsiones y el avance del crimen organizado se han vuelto parte de nuestra cotidianidad, afectando la tranquilidad de nuestras familias y el desarrollo de nuestro país.
Menores infractores juzgados como adultos
Según datos del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado, solo en 2023 se registraron más de 8.000 muertes violentas, un número sin precedentes. Ya no se trata únicamente de delitos comunes, sino de una amenaza estructural que requiere acciones firmes, sostenidas y coordinadas entre el Estado, las fuerzas del orden y la sociedad civil.
Es urgente que el Gobierno Nacional fortalezca la institucionalidad, depure los cuerpos de seguridad y garantice una justicia eficiente. Además, se debe invertir en educación, oportunidades laborales y programas de prevención, especialmente para los jóvenes en zonas vulnerables, que hoy son blanco fácil del reclutamiento por grupos de delincuencia organizada.
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Bases militares extranjeras: urgentes
Hago un llamado a los medios de comunicación, a las autoridades locales y nacionales y a todos los ciudadanos a no normalizar la violencia que vivimos. La seguridad debe ser prioridad nacional. Solo unidos, con responsabilidad y compromiso, podremos recuperar la paz que tanto anhelamos. (O)
Noelia Ramón Barrera, Guayaquil