Estoy de acuerdo con la unánime indignación nacional por la amnistía a delitos políticos concedida por la Asamblea Nacional a favor de más de 260 personas involucradas en daños físicos graves a la ciudad de Quito y a sus habitantes en octubre del 2019. Se están preparando nuevos pedidos de amnistía, no me sorprende que incluyan a Correa. El daño está hecho y por poco lo mismo también pasa en Guayaquil en dicha época.
¿Cuál fue la mano ejecutora de los actos vandálicos?, ciertos grupos indígenas, por propia iniciativa o manipulados por la dirigencia; creo en lo segundo. ¿Cuál es el perfil del indigenado?, su forma de ser la talló la colonización española y esa ‘arquitectura’ la continuaron los no indígenas avecindados en la región Interandina y otros indígenas con mejor suerte, que los explotan. La crisis ferroviaria del Ecuador ha retrasado el progreso de ese pueblo. A su dirigencia no le interesa la rehabilitación del sistema ferroviario; por algunas ocasiones he tomado contacto con ellos para que demanden la ejecución del sistema... Comunidades indígenas se encuentran sometidas a dirigencias que como tal son más que pésimas; los dirigentes están muy bien pero el indigenado en Ecuador no ha puesto sus pies en el camino de un franco progreso, pese a que cuenta con las potencialidades para ser un gran pueblo. La acción destructiva contra Quito fue acto criminal, me permito usar las expresiones del presidente Biden; hay que sustituir, desplazar a la dirigencia indígena por un plan de redención. (O)
Rafael Mendoza Avilés, abogado, avenida Samborondón