Cada 26 de julio se celebra una fecha que muchos/as tenemos presente, otros tantos la empiezan a tener, algunos la olvidan con las prisas del quehacer diario entre el trabajo o cualquier actividad que tengan en mente. Hablo del Día de los Abuelos, conmemoración dedicada a las personas mayores dentro de la familia. Ellos y ellas son esas personas que nos ayudan a criar a nuestros hijos, nos acompañan en lo bueno o lo malo, siempre están ahí.

Inclusión de niños con necesidades educativas específicas

Hoy me gustaría que todos paremos y reflexionemos sobre lo importante que son los abuelos y las abuelas, ya que son un pilar en nuestras vidas. Yendo al meollo de la cuestión, ¿cuántos momentos especiales recuerdas con tus abuelos y abuelas?, ¿hay una comida especial en casa de los abuelos?, ¿cuántas charlas o consejos te daban? Cuesta no emocionarse cuando se habla de ellos. Y más cuando están lejos.

Recuerdo las historias de aquellos tiempos en los cuales les tocó capear con todo lo que se avecinaba. Me gustaría escuchar su voz otra vez más, poder agarrarlos de la mano, darles un beso y decirles una vez más: “Los quiero”. A veces veo el teléfono esperando que ese día suene, antes de acabar el año y volverlos a oír. Me gustaba escucharlos reír cuando hacía aventuras de bombero-torero o me salvaban de las travesuras que hacía, como pegar con silicona las manos. Me hacen falta, el hueco que dejaron es grande. Se dice que el tiempo todo lo cura, pero su partida es una espina que se queda y perdurará en el corazón. Quererlos ha sido fácil, lidiar el día a día fue estar ahí en lo bueno y malo. Lo peor es dejarlos ir, saber que el reloj marcaba la cuenta atrás. Hoy toca asimilar, crecer y entender que es ley de vida.

Publicidad

Ofrecimiento a los jubilados

Como colofón, solo puedo decirles: Abuelos, espero que algún día puedan bajar por lo menos un ratito del cielo para poder abrazarnos una vez más. (O)

Alexia Rodríguez Pequeño, Vigo, España