Gracias a la información mediática se demostró que alrededor de 20 fotorradares en la vía a la costa estaban descalibrados, algo que ya sabíamos centenares de personas que fuimos perjudicadas, especialmente aquellas que usamos con frecuencia esta vía.

En un país medianamente civilizado lo que esperaríamos es que las autoridades al darse cuenta del error reconozcan el problema y devuelvan el dinero a los perjudicados. Pero en Ecuador no solo no se reconoce lo obvio y no se devuelve el dinero, sino que se buscan pretextos burdos para justificar la incompetencia institucional. Me dio vergüenza ajena escuchar a un ejecutivo de la CTE ‘perlas’ que lanzó para que quede en la memoria histórica: 1.- Que los fotorradares fueron vandalizados, ¿qué culpa tenemos los que no los vandalizamos y tuvimos que pagar las multas? 2.-Que los concesionarios han alterado el tacómetro (velocímetro) de los vehículos para que marquen 10 km/h menos; si este fuera el caso, tamaño problema que se hubiesen llevado, pues las demandas por estafa les lloverían por millones en el mundo entero. 3.- Que pudo haber un error humano por la carga de trabajo de los operadores de los equipos; seguramente la carga de trabajo aumentó por los fotorradares descalibrados y tuvieron que mandarnos muchos correos electrónicos con las multas; qué pena porque tal vez debieron trabajar horas extras y cobrar sobretiempo. 4.- Que en mayo aumentaron del 4 al 7 % de multas porque hubo dos feriados y más tráfico; como si el porcentaje de las multas por exceso de velocidad estuviera en función del tráfico, si fuera así, entonces sería lo contrario, más tráfico menos velocidad de los carros por la congestión. 5.- Que pondrán abogados gratis, incluso en el parque Samanes, para los que quieren impugnar, pero no se indicó cuándo.

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¡Hasta cuándo aguantamos vejámenes! (O)

Fernando Félix Grijalva, doctor en Biología, Guayaquil