En Chimborazo, quienes desde ya aspiran a ser futuros asambleístas en representación de nuestra mágica provincia, deben asumir con responsabilidad, dignidad, honestidad y seriedad este honroso compromiso con todos los chimboracenses, pero basados en los principios fundamentales del verdadero quehacer político, sin utilizar la demagogia ni la politiquería, como está ocurriendo en el inicio de la campaña electoral, con personajes que a costa de todo desean obtener la voluntad del pueblo.
Señores candidatos a asambleístas por Chimborazo, es el momento de cambiar la forma de hacer política, mediante la entrega de propuestas efectivas, planes y proyectos productivos, sustentables y sustentados en la realidad de cada cantón, parroquia y comunidades rurales de Chimborazo, y no asumiendo la posición demagógica y politiquera de considerarse, hipócritamente, como los únicos salvadores del pueblo.
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Pero tampoco deben aprovecharse de los sentimientos de los ciudadanos, sobre todo de la gente sencilla y humilde, utilizando propaganda con falsas promesas, engaños y mentiras, porque eso se llama demagogia, lo que significa la degeneración de la democracia y la libertad, donde los demagogos buscan incentivar la pasión de la gente buena e ingenua, para a través de ofrecimientos, vanos y sin sustento, conseguir el apoyo que les permita alcanzar el poder económico y político.
Acerca del encargo de la Presidencia
Los politiqueros y demagogos se distinguen porque solo saben vivir de la política politiquera, despilfarran recursos económicos comprando conciencias con regalos y dádivas, saben utilizar a las poblaciones marginadas, se aprovechan de sus necesidades, mienten, sonríen y abrazan de manera forzada, pero todo es parte de su estrategia politiquera para poder alcanzar sus objetivos personales.
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Muchos candidatos a asambleístas por Chimborazo ya fueron autoridades de elección popular, tuvieron su oportunidad y fracasaron; otros son turistas políticos, algunos cadáveres políticos que vuelven a resucitar; y también existen varios expertos en cambiarse de camiseta política. Sin embargo, todos y cada uno de los candidatos se cree dueño de la voluntad de un pueblo que se encuentra ofendido, engañado, manipulado y necesitado de mejores condiciones de vida.
En lo político: ¿qué nos depara el 2025?
Ciudadanos, informémonos correctamente para poder ejercer nuestro derecho al voto de una manera responsable que nos beneficie a cada uno de nosotros. (O)
Arturo Lara Noriega, comunicador social, Riobamba