De políticos

La noche del domingo 21 de marzo durante el debate –de candidatos– supongo que la mayoría se dio cuenta cuál es la persona indicada para gobernar los próximos cuatro años. Por un lado, uno que viene con una estructura sociopolítica que marcó catorce años que dejaron en escombros a un país, a la moral y los valores positivos; entre contradicciones primero quiso defender lo indefendible y luego, más desesperado, defendió que el que gobernaría sería él y no caretuco, y sacó el pequeño libro de la Constitución queriendo imitar a dos sátrapas que destruyeron al país más rico de Sudamérica convirtiendo en mendigos a sus compatriotas.

Por otro lado, un señor más maduro y conocedor del mundo de los negocios, mesurado en sus exposiciones y contraataques, un caballero cristiano que ante tanto de lo esgrimido por aquella lengua, se sonreía piadosamente. Pero no debe confiarse, darán coletazos y uno sería que los votantes voten nulo, lo cual favorecería a perseguidores sanguinarios del magisterio. A continuación del debate cambié al canal Teleamazonas y con mucha indignación escuché a un extranjero que de manera descarada defendía y alababa a caretuco, según mi percepción, lo que defendía más bien era el plato de lentejas. (O)

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José González Williams, pediatra, Guayaquil