La palabra más importante que existe en el mundo, de la cual se han escrito miles de libros, poesías y canciones, con los cuales se ha promovido conseguir lo más fundamental que existe en este mundo que es el paso más efectivo para llegar a la auténtica felicidad es el amor. El principio fundamental para expresar el amor que siento por mis congéneres debe partir amándome a mí mismo. No es chauvinismo ni narcisismo, no puedes dar lo que no tienes. Así como eres te aman y te quieren.
Es realmente extraordinario este sentimiento positivo que nos une profundamente, que constituye el verdadero movimiento revolucionario que logrará cambiar a la sociedad, a la familia y a la pareja amada.
En español, la palabra ‘amor’ abarca una gran cantidad de sentimientos diferentes, desde el deseo pasional y de intimidad del amor romántico hasta la proximidad emocional asexual del amor familiar y el platónico, y hasta la profunda devoción o unidad del amor religioso. En este último terreno trasciende del sentimiento y pasa a considerarse la manifestación de un estado del alma o de la mente, identificada en algunas religiones con Dios mismo o con la fuerza que mantiene unido el universo.
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“Soy la persona más feliz del mundo cuando me dices ‘hola’ o me sonríes, porque sé que, aunque haya sido por solo un segundo, has pensado en mí, mientras yo pienso en ti cada momento de mi vida para que seas feliz. A veces el amor causa dolor, porque debe entenderse que amor es cosa de dos, es dos; es decir, para compartir la gran felicidad de amar y ser amado”.
Un grave error es pretender que el radiante sentimiento del amor se pretenda compactarlo en un solo día (14 de febrero, Día de San Valentín) ya que esta motivación debe estar presente todos los días en todo momento y todos los instantes. (O)
Ricardo Ordóñez Jaramillo, Guayaquil