Por la prensa, conforme un reporte de fecha martes 20 de julio, el Ministerio de Salud Pública aseguró o reconoció 30.744 muertes en Ecuador por el COVID-19.

Cuántas personas perdieron la vida por complicaciones relacionadas por dicha enfermedad. Las muertes causaron mucho dolor que aún no han podido superar familias, amigos, por lo tanto están afectados espiritualmente. Sin embargo, dicha estadística no detiene a las personas que no les preocupa la pandemia porque no mantienen los protocolos que son los mismos para el mundo: uso correcto de mascarillas y visores, no quitárselos cuando hay personas que no viven con usted; no sacarse la mascarilla para estornudar, toser, hablar, tomarse una foto, cantar...; lavado continuo de manos; no tocarse la cara con las manos no lavadas; distancia social de 2 metros y medio; no estar en lugares concurridos y aglomeraciones; no abrazarse con personas que no viven con usted; no entrar a la casa con los zapatos que trae de la calle; bañarse y lavar de inmediato la ropa cuando llega a la casa; desinfectar alimentos y productos que compró en la calle o le regalaron; no tocar en tiendas, comercios, los productos que no va a comprar; no compartir los mismos cigarrillos, termos, botellas, cubiertos, sorbetes, vasos..., que otras personas usaron; salir a la calle solo para actividades indispensables (visitas al médico, dentista; comprar medicinas, alimentos..., manteniendo las medidas); etc. Y la medida principal, la vacuna, prepara el organismo para que el ataque del COVID-19 pase como gripe, no lo mande al hospital a intubarse. Que descansen en paz las personas fallecidas por el virus. (O)

Ana Elisa Domínguez, Quito