Es muy interesante el último libro que ha escrito el periodista de investigación Andrés Oppenheimer titulado ¡Cómo salir del pozo!, sobre las nuevas estrategias de los países, las empresas y las personas en busca de la felicidad. Aunque el análisis es realizado sobre todo en los países que están catalogados como los más felices del mundo (que no es lo mismo que los más alegres) de acuerdo con el Reporte mundial de la felicidad, como Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia, Reino Unido, Bután, etc., sin embargo, este estudio nos puede servir como país, ya que su resultado arroja que no necesariamente es el bienestar económico el que otorga la felicidad, no es el crecimiento del Producto Interno Bruto el que garantiza por sí solo el aumento de la felicidad, es indispensable pero no suficiente para aumentar el nivel de satisfacción, hay que tener una brújula moral, una comunidad y un sentido de propósito, por lo que hay que ver el mundo con un nuevo lente más amplio del que han venido usando los economistas tradicionales.

Aprendamos de nuestros errores

Deberíamos tomar medidas novedosas para promover no solo el crecimiento económico, sino la satisfacción de vida de sus ciudadanos, por ejemplo, una educación positiva, para ayudar a los niños a ser más felices, pero también con innovación tecnológica, con políticas de largo plazo, así los países latinoamericanos no solo seremos los más alegres, sino también los que tienen satisfacción de vida. (O)

Cristhiam Carpio Castro, Guayaquil