Señor presidente Daniel Noboa y honorables miembros de la Asamblea Nacional, me dirijo a ustedes con profunda preocupación ante la crítica situación de seguridad que enfrenta Ecuador. La violencia ha alcanzado niveles alarmantes. En los primeros meses de 2025, los homicidios aumentaron un 63 % y las extorsiones en Guayaquil se quintuplicaron. Bandas como Los Choneros y Los Tiguerones siembran terror en barrios y zonas comerciales como la Bahía, en el centro de la ciudad de Guayaquil.

La extorsión es hoy el delito más denunciado, con más de 22.000 casos en 2024, afectando gravemente a la ciudadanía y a la economía nacional. Pese a los operativos y la presencia militar, la violencia se intensifica, lo que demuestra que las medidas actuales son insuficientes.

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La diplomacia directa

Urge una acción decidida y coordinada. Algunas propuestas:

  • Reforzar el sistema de justicia, asegurando jueces y fiscales independientes y sancionando a quienes favorezcan al crimen.
  • Prevenir el delito mediante educación en valores y programas comunitarios que alejen a los jóvenes del crimen organizado.
  • Crear un cuerpo policial o militar especializado en inteligencia, con formación nacional e internacional.
  • Fomentar la colaboración entre instituciones y la sociedad civil, con canales seguros para denuncias.
  • Reforzar la seguridad y planificar la captura de capos criminales en zonas críticas como Guayas, Esmeraldas y Manabí, donde cada cantón tiene su líder delictivo encargados de la extorsión, secuestros y sicariatos.
  • Establecer patrullaje permanente en rutas como Daule–Empalme–Quevedo–Santo Domingo, escenarios frecuentes de asaltos a plena luz del día.

Delincuencia, un mal negocio

Ecuador está en una encrucijada. No podemos seguir actuando con tibieza ni en función de intereses políticos. La vida, la economía y la democracia están en riesgo.

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Actúen ya, con firmeza e inteligencia. (O)

Pedro Javier Triviño Rodríguez, biólogo, Barcelona, España