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Es bella la naturaleza del cantón Pedro Moncayo. Está ubicado en el norte de la provincia de Pichincha, entre los cantones Quito y Cayambe y a las faldas del imponente cerro Mojanda, lugar de lagunas. Tiene las parroquias Tabacundo, Tupigachi, Malchinguí, La Esperanza, Tocachi. Y cuenta con alrededor de 34.000 habitantes.
A pesar de que por el cantón cruza la vía de circunvalación Guayllabamba-Tabacundo-Ibarra, derivada de la carretera Panamericana, muy transitada desde y hacia el norte del país, que debería ya estar ampliada debido al gran flujo y embotellamiento de vehículos; de que existen las lagunas de Mojanda: Caricocha, Yanacocha y Huarmicocha; aves, árboles, pajonales, bosque protector Jerusalem, parque ecológico Cochasquí; cultivos de cítricos, lentejas, papas, maíz, trigo, cebada, etc.; tradiciones, comida típica, arte, danza, fiestas religiosas, para hacer turismo; a pesar de que su considerable población se compone de personas de todas partes del Ecuador y generan dinero, necesita de más desarrollo, ayuda del sector público y privado, ya que la ciudad no cuenta con bancos, sino apenas con cinco cajeros automáticos y dos cooperativas de ahorro y crédito nativas de la zona. No existen supermercados, universidades, terminal terrestre, etc. Los habitantes se dirigen a realizar ciertos trámites, transacciones, actividades, adquisiciones... a los cantones vecinos, porque el país actúa como si no existiéramos, como si no necesitáramos de su ayuda en seguridad, salud, educación, desarrollo social, tecnológico, científico...; como si nosotros fuéramos acaso de una ‘segunda’ categoría.
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Es hora de que todos los sectores, los políticos, los Gobiernos de turno miren con buenos ojos para ayudar a desarrollarse más al cantón Pedro Moncayo. (O)
Anthony Steven Ramia Mantilla, parroquia Tabacundo, cantón Pedro Moncayo, Pichincha