Cuando uno está en un mar turbulento en una débil barquilla que hace agua, cuando uno no puede dar tiempo ni arriesgarse a tomar los remos, cuando todo depende del que rema; no es el momento de criticarlo, debilitarlo, insultarlo, de darle instrucciones; no es momento de chistes ni de burlas ni de pullas.
Es el momento de ubicarnos lo mejor posible en la barquilla para facilitar el remar, achicar el agua lanzada por los que quieren ahogar nuestra manera de vivir; de animar con palabras y oraciones. Es el momento de tener fe y esperanza en quien ha comprometido su vida en la ingrata tarea de hacer país para nosotros, y que nuestros hijos y nietos se queden aquí. Es el momento de apoyar (al presidente Guillermo Lasso). (O)
Joaquín Martínez Amador, avenida Samborondón