Te recuerdo, padre, en tu día. El padre es primordial, refleja su apariencia rígida y energía, pero detrás está su amor, comprensión porque su corazón es sensible.

El verdadero padre es aquel que da compañía, el mejor estímulo, forma con el resplandor de los buenos ejemplos, respeto, felicidad... Cual caminante por las estepas de la vida se esfuerza en un camino no solo venturoso, sino también con encrucijadas y espinas; siendo joven frunce el ceño y siente las preocupaciones de un viejo porque no puede satisfacer lo que necesitan sus hijos. De anciano, rejuvenecido, ve realizados los anhelos de los hijos. A los padres amamos con la misma vehemencia que a las madres, son seres que se han creado para luchar el uno junto al otro, que unieron sus vidas para felicidad de sus hijos. (O)

Esneyder Castro Salvatierra, docente; Jipijapa, Manabí