En Perú el precio del diésel y de la gasolina es tres o cuatro veces más que en el Ecuador, y también el valor del transporte es menor. Existe falta de conocimiento de la realidad económica por parte de los transportistas que culpan al valor del diésel su casi quiebra del negocio de la transportación.
La verdadera causa está en el valor del financiamiento y la compra de sus vehículos, porque el mismo carro que se compra en Ecuador vale en Perú 30 o 40% menos, y los repuestos, llantas, etc., en nuestro país están completamente sobrevalorados por impuestos y aranceles a las importaciones. Es decir, el subsidio que da el Gobierno por los combustibles es pagado indirectamente por los transportistas. Solución: pongan el combustible a precios reales, pero que se elimine o se iguale toda la recarga arancelaria o impositiva a los vehículos y repuestos, a niveles de otros países, y las tasas de interés de financiamiento sean similares a las de países dolarizados o a las de EE. UU. (O)
Óscar Brito Guillén, economista, vía a Daule