En la mayoría de los ejércitos del mundo existen tropas de élite, soldados preparados para cumplir misiones especiales de alto riesgo y peligrosidad que un soldado común no podría cumplirlas, por lo tanto, su selección es extremadamente rigurosa; se conoce que solo un 10 % de los candidatos logra superarlas. Para ser considerados como parte de estas tropas especiales, los candidatos deben tener iniciativa, inteligencia, estado físico excepcional y ser capaces de enfrentar cualquier adversidad.

El referente histórico del soldado aguerrido es el espartano; desde la niñez eran sometidos a una preparación física y psicológica para soportar sufrimientos y privaciones que iban a encontrar durante las campañas militares. Las madres despedían a sus hijos que iban al combate con una simple frase: “Vuelve con el escudo o sobre él”. Ante la amenaza de Jerjes, rey de Persia: “Ríndete, mis flechas cubren el cielo”; la respuesta de Leónidas, rey de Esparta: “Mejor, así peleamos a la sombra”.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los ingleses, alemanes y norteamericanos entrenaron pequeños grupos de soldados especialmente seleccionados para que cumplieran misiones detrás de las líneas enemigas. Los ingleses crearon a los Special Air Service, más conocidos por su sigla SAS; los norteamericanos, a los Rangers; los alemanes, a la unidad Friedenthal, al mando del célebre Otto Skorzeny; los soviéticos, en 1950, crearon a los comandos Spetsnaz. Todas estas unidades formadas con base en las tropas paracaidistas cobraron fama en el mundo no solo por sus hazañas, sino por su espartano entrenamiento.

En el Ecuador, la historia de las tropas especiales se remonta al año 1956; con el apoyo de instructores norteamericanos se inicia el entrenamiento para formar paracaidistas en nuestro ejército; el 29 de octubre de ese año realizan el primer salto en paracaídas 7 oficiales y 28 miembros de tropa, al mando del capitán Alejandro Romo Escobar; esta fecha quedó consagrada como la del nacimiento del Cuerpo de Paracaidistas del Ejército Ecuatoriano.

Posteriormente se crea un Destacamento Especial de Paracaidistas, se incluye a la Escuela de Fuerzas Especiales; además, un Destacamento Especial de Paracaidistas en Quevedo y otro en Santo Domingo. Con el paso del tiempo, este grupo de tropas especiales se fue fortaleciendo, cualitativa y cuantitativamente; en 1975 se crea la Brigada de Fuerzas Especiales Patria, en la provincia de Cotopaxi, con sus Grupos Especiales y las Escuelas en donde se imparten cursos de Comandos, Selva, Paracaidismo, Hombres rana, Saltadores libres operacionales, Guerra de montaña, Guías de salto y de canes, etc. Estos soldados son expertos en sabotajes, golpes de mano, rescates, ataques por emboscadas, especialistas en demoliciones y manejo de todo tipo de armas y explosivos, como señala uno de sus lemas: “Capaces de cumplir lo imposible”.

En la guerra del Cenepa (1995), el empleo de los Boinas Rojas fue gravitante para la victoria militar de nuestro país, formaron parte de los Agrupamientos Tácticos Carlomagno Andrade y Miguel Iturralde que combatieron heroicamente y se cubrieron de gloria. (O)