Por Claudia Uribe

En el Día Internacional de los Docentes hacemos un reconocimiento al esfuerzo y trabajo realizado por los docentes durante los últimos meses y a su rol fundamental en la respuesta educativa durante la pandemia por COVID-19. Como en otras emergencias, los docentes se han destacado por su creatividad, trabajo innovador y colaborativo para encontrar soluciones y crear nuevos entornos de aprendizaje que aseguren el derecho a la educación de sus estudiantes.

Desde la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago) hemos hecho un seguimiento cercano a la respuesta de los sistemas educativos durante la crisis para conocer la situación de los maestros y maestras en este período y hemos facilitado encuentros para compartir experiencias y retos relacionados con la enseñanza a distancia.

Aunque la pandemia tomó a todos por sorpresa, los maestros han ido modificando y adaptando los planes de estudios y han adecuado las actividades para poder dar continuidad al proceso de enseñanza, ya sea de manera virtual, a través de los teléfonos móviles, la televisión, la radio, o enviando materiales a sus estudiantes a través de otros medios físicos o electrónicos. Hemos encontrado experiencias maravillosas, pero también grandes desafíos y brechas que se han acrecentado durante estos meses. El camino no ha sido fácil y la necesidad de adaptarse a la educación a distancia ha enfrentado a los maestros con un conjunto de responsabilidades y demandas que han exigido un aumento significativo en el tiempo de trabajo para preparar las clases, asegurar conexiones adecuadas y dar seguimiento a sus estudiantes de una manera diferente.

Por ejemplo, en Chile, una encuesta de la iniciativa público-privada Elige Educar encontró que el 65% de los maestros consideran que están trabajando más o mucho más que antes de la crisis. Más de la mitad considera que tienen menos o peores condiciones para enseñar bien, e indican que hacen malabares para equilibrar el trabajo doméstico y la labor docente. Para las mujeres esta situación suele ser aún más pesada, dado que tienden a asumir más responsabilidades en las tareas domésticas y de cuidado infantil. Este dato es muy relevante, ya que en América Latina y el Caribe existe una marcada feminización de la profesión docente: 95,5 % en preescolar, 78,2 % en educación primaria y 57,8 % en educación secundaria (UIS-UNESCO, 2018).

Algunas de las prácticas o iniciativas que se han podido mapear de manera preliminar son, por ejemplo, maestros que preparan paquetes de materiales para que los estudiantes se lleven a casa, debido que no cuentan con acceso a conectividad. Otros docentes han publicado sus lecciones en línea para que todos sus estudiantes puedan acceder a ellas. Muchos se han puesto en contacto con sus estudiantes mediante WhatsApp, como también han formado comunidades de intercambio de prácticas y grupos de apoyo a través de redes sociales como Facebook y Twitter. Los maestros y maestras están mostrando una gran capacidad y flexibilidad para adaptarse a una situación en constante evolución, con el fin de conseguir que niñas, niños y jóvenes sigan aprendiendo.

Hablar del liderazgo docente en relación con la respuesta a las crisis no sólo es oportuno, sino que también resulta fundamental en lo que respecta a las contribuciones que los docentes han realizado recientemente para proporcionar aprendizaje a distancia, apoyar a grupos de población vulnerables, reabrir escuelas y garantizar la mitigación de las brechas de aprendizaje.

En el marco de la pandemia actual, los maestros y el personal de apoyo se han enfrentado a un escenario que modifica, sin precedentes y de manera profunda, las condiciones en las que se desarrolla su tarea pedagógica. Esta situación trae consigo desafíos en múltiples áreas, tanto laborales como personales, durante y después de este periodo pandémico. Estos desafíos implican transformaciones, necesidades y preguntas que requerirán respuestas por parte de las políticas educativas y en la capacitación y el apoyo que se les brinde a los maestros.

Será necesario diseñar e implementar programas de formación, desarrollo profesional e iniciativas de apoyo para fortalecer sus competencias y entregar soporte a las educadoras y educadores que tengan enfoques y estrategias curriculares y pedagógicas pertinentes a lo que será la educación después de la pandemia. Asimismo, es importante no perder del horizonte y discutir respecto a la continuidad de los contratos y el aseguramiento de las condiciones laborales adecuadas para sostener la tarea pedagógica.

En la celebración del Día Mundial de los Docentes destaco el liderazgo de los docentes, labor esencial para conseguir una educación inclusiva y de calidad, para que nadie se quede atrás. (O)

*Claudia Uribe es directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe.