2020, año en el que muchas personas perdieron a sus seres queridos, empleos y emprendimientos. Esta generación jamás imaginó que algo tan sencillo y a la vez indispensable como los abrazos algún día llegarían a estar restringidos y que circular libremente por las calles estaría sujeto a decretos oficiales del Estado. La pandemia global ha develado una paradoja: por un lado, el confinamiento global ha hecho más evidente el valor de nuestra dinámica cotidiana como entes sociales, lo que nos ha llevado a reinventar nuestras vidas. Este proceso ha puesto al descubierto muchas de nuestras debilidades en la capacidad que tenemos de adaptarnos al cambio, la buena noticia es que cualquier debilidad se puede transformar en una oportunidad para mejorar.

Esta situación nos lleva a impulsar y crear mecanismos ciudadanos que pueden incluir al sector privado y público para apoyar la sostenibilidad de nuestras comunidades. Comprender el mundo desde la cultura es indispensable en contextos de crisis y emergencias globales. No hay acción o actitud de una sociedad que no pueda ser narrada o explicada desde la variable cultural (lengua, artes, tradiciones, elementos distintivos, gastronomía, vestimenta e industrias creativas). Ejemplos recientes de ello son las posturas de los Gobiernos de Alemania y Francia, otorgando inversiones de rescate al sector cultural y declarando su carácter estratégico, estableciendo que no tendremos una sociedad madura en la cultura si no somos capaces de defender su valor intrínseco en el desarrollo humano y sustentable. Debemos reconocer que actualmente es indispensable desarrollar un nuevo ecosistema cultural (pues el anterior a la pandemia era insuficiente), los artistas se nutren de los aplausos, pero no viven de ellos.

No siempre es fácil comprender el mundo y sus contradicciones. Los gestores culturales somos una suerte de traductores comprometidos a divulgar las narrativas de la diversidad cultural y potenciar el valor agregado de las artes en la sociedad, la cultura pertenece a un ámbito que engloba varias producciones humanas, que en el momento de operar otorgan un valioso sentido a la comunidad, reafirmando nuestra identidad.

A través de la gestión cultural y la innovación social, contribuimos al empoderamiento de las poblaciones y comunidades, quienes a través de sus propias capacidades culturales son capaces de transformar positivamente su entorno. El arte y la cultura son campos poderosos e inseparables del desarrollo comunitario, los cuales se sustentan en valores tales como la reciprocidad, la diversidad, la tolerancia y la resiliencia.

Mucho se habla de la “nueva realidad” la cual se puede interpretar como algo impuesto, ajeno a nuestra voluntad, sin embargo, es posible y necesario aportar con cambios que surjan de cada individuo y sumen no solo a nuestras vidas y quehaceres sino también en la vida de los demás. Esa es la meta, el desafío y el compromiso que nos va a permitir sacar provecho de una situación difícil, esto aplica para todos los ámbitos de nuestras vidas, salgamos juntos adelante, pongamos el hombro, seamos siempre solidarios, en la salud y en la enfermedad. (O)