Al formar una empresa es indispensable que exista una administración con planificación, organización, dirección y control. No existe empresa que subsista sin una de esas funciones, si existe un control deficiente, quiebra; por eso al magnificar la elección de las autoridades de control, se fortifica el comercio exterior, la justicia y la democracia.

El libro La democracia en América, del autor Alexis de Tocqueville, sobre el Senado norteamericano, relata que el Senado incorpora como un puente para cohesionar a los Estados, de la federación. Y en su recorrido por la legislatura expone que cuando se ingresa a la sala de representantes de Washington (diputados), impresiona el aspecto vulgar de la Asamblea, pero a pocos pasos de ahí se abre la sala del Senado y ve personalidades relevantes: “Son elocuentes abogados, generales distinguidos, hábiles magistrados, y hombres de Estado,,,”. Y se pregunta ¿por qué la primera asamblea (diputados) reúne tantos elementos vulgares, cuando la segunda sala (Senado) parece tener el monopolio de los talentos y de la inteligencia?

Revisando esta estructura nos trasladamos al punto de origen de la existencia del senado en el poder legislativo, y en el pasado se lo ubica en Roma donde estuvo conformado por administradores de edad adulta que tienen experiencia en aspectos gubernativos y son concordantes con la Biblia en el libro de Proverbios, representa la experiencia (sabiduría). El economista Frederick Hayek, premio Nobel de Economía, al referirse a la estructura del Senado de Estados Unidos, intuyó que la representación del país no era conveniente, por eso proponía un senado que en lugar de deberse a la representación igual de los Estados Unidos (o supongo de distritos o provincias como en Ecuador, o zonas como Costa, Sierra y Oriente), proponía se le asigne igual representación a los distintos grupos (estratos) de ciudadanos según su edad (ejemplo, de 45 a 50, de 50 a 60, de 60 a 65); el Senado estaría conformado por ciudadanos de edad madura (adultos) y su duración en el cargo sería dilatada (limitada hasta 15 años y no podrían ser reelectos). Hayek explicó que cada grupo o estrato elegirían por una sola vez en sus vidas (por ejemplo, cuando todos alcancen 45 años de edad, no incluyen a los de menos años), entre los de su generación. Quedaría establecido un cuerpo legislativo compuesto por mujeres y hombres entre 45 y 60 años (al iniciarse el funcionamiento), órgano que sería anualmente renovado en una quinceava parte (de los que van cumpliendo 75 años, el último estrato límite será de 55 a 60, y el límite 75 años)”. Pongo un ejemplo de un senado de estado federal (o distrital o provincial o de franjas territoriales Costa, Sierra y Oriente), de adultos, para que visualicen nuestros ciudadanos que el origen que concibieron los romanos del senado de adultos era el más apropiado para administrar el Estado. En el caso del senado de un país que no tenga representantes por sus divisiones sectoriales como estados, distritos o provincias, o franjas como Costa, Sierra, Oriente; su representación sería por estratos de adultos (explicado anteriormente), se eliminaría lo que pasa actualmente con el IESS, Biess, a los que durante décadas los gobernantes los han manejado como caja chica a su antojo, hasta que pretenden desaparecerlo para borrar la deuda con los 8 millones de afiliados, de los 14 millones de habitantes que tiene el país. En resumen, al conformar un senado de adultos volveremos al origen del senado como lo concibieron los romanos, y recuperaríamos tener autoridades de control que nos representen (políticamente lo lograríamos con los 8 millones de afiliados al IESS). Y actuaríamos como lo expuso el premio Nobel de Economía, Hayek, y se recuperaría la administración de justicia y la independencia de poderes, reinstaurándose la democracia. Emulemos las enseñanzas de nuestros ancestros que en forma moral nos repetían y enseñaban: “Mayor en edad, mayor en saber y en gobierno” (similar a como lo concibieron los romanos).(O)

Salvador Loffredo Autheman,

ingeniero civil, Guayaquil