Con gran emoción felicito al Mayor Diario Nacional por su 98 aniversario. EL UNIVERSO es para nosotros, sus lectores, una tradición de trabajo inteligente y tenaz en aras de los grandes objetivos para el bienestar y desarrollo de nuestra patria. Este espacio constituye valiosa tribuna democrática para compartir el pensamiento y planteamiento de inquietudes que contribuyan al mejoramiento humano.
Como dijera el científico alemán Alexander von Humboldt: “Los ecuatorianos son seres raros y únicos: duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes, viven pobres en medio de incomparables riquezas y se alegran con música triste”. Para evitar el desconsuelo en algunas de sus canciones, prefiero escucharla de manera instrumental. Es allí donde se aprecia algo distinto, la auténtica dimensión de su belleza. Seguir la pista de nuestra música es realmente fascinante. Ir descubriendo temas verdaderamente hermosos.
Parece paradójico que preciosos pasillos he podido disfrutarlos intensamente con los Violines de Lima. Felizmente aquí en nuestra tierra tenemos también apreciados valores, que lamentablemente son olvidados por lo invasivo del estresante y estridente ruido electrónico al que dicen llamar música.
Uno de aquellos valores inolvidables es el maestro Huberto Santacruz, a quien tuve el honor de conocer y admirar cómo sus manos prodigiosas en el piano hacían flotar el alma musical de nuestros compositores. Así como Pedro Periquín Castro. Paco Godoy. El arpa de Gonzalo Castro. La trompeta de Édgar Palacios. El saxo de Lucho Silva. La guitarra prodigiosa de Homero Hidrovo y del recordado Ryuhei Kobayashi y su discípulo Luis Quichimbo.
Específicamente, refiero lo instrumental; es necesario que el Ministerio de Cultura o alguna empresa con responsabilidad social y amor por lo nuestro disponga la producción de una selecta antología discográfica de estos tesoros. Sería de maravilloso aporte para la ambientación musical en hoteles, restaurantes, a lo largo del hermoso malecón, en los centros comerciales, bancos y centros de atracción turística. Es preciso diseñar una gran campaña de aliento a nuestra música.
El espíritu por lo autóctono sufre una terrible desmotivación que nos detiene y no avanzamos. Tenemos música nacional culta, académica, con orquestas sinfónicas, conjuntos de cámara, cuartetos; en fin. Considerar la especial difusión radial para darle a nuestros valores la debida importancia y trascendencia. (O)
Fernando Naranjo-Villacís,
periodista, Guayaquil