La malla curricular en los planteles educativos del país debe ser revisada y actualizada. Materias como Relaciones Humanas con énfasis en Valores, Directrices para desarrollar autoestimas, entre otras, pueden contribuir enormemente al reforzamiento de los valores humanos desde los primeros años de edad escolar. Moral y Cívica debe regresar de inmediato. Esto, más la enseñanza básica de valores humanos y de buenas costumbres en casa, donde los padres deben ser sus mejores maestros, acompañándolos en sus compromisos con sus amiguitos y compañeros y no dejarlos solos ni siquiera cuando salen a jugar al pie de sus domicilios. Los padres deben enseñar a sus hijos cómo detectar un comportamiento abusivo, las advertencias de abusos de familiares y amigos cercanos intuidas por los niños y adolescentes deben ser comunicadas de inmediato a sus padres y estos creerles y presentar las denuncias correspondientes en forma oportuna en contra de cualquier miembro de la familia o fuera de ella. El endurecimiento de las penas debe ser ejemplar, la cadena perpetua no sería suficiente para borrar un crimen de esta naturaleza. (O)
Luis Alberto Hurtado Riera,
Guayaquil
Los abusos sexuales en Ecuador se van a frenar cuando exista una correcta formación o educación en los niños que garantice en el futuro un buen desempeño como padres dentro del hogar y la familia, pues serán padres respetuosos, responsables, honestos y, por ende, buenos profesionales en la carrera que seleccionen.
El respeto permite ser personas más humanas, solidarias, honestas, que tratarán al prójimo como seres humanos, teniendo siempre presentes las leyes de Dios y de los hombres.
Una persona bien educada jamás pensará en cometer un abuso sexual.
Ahora bien, esto será a mediano y largo plazo, ya que frente a lo que estamos palpando por doquier se deben implantar leyes más drásticas o por lo menos hacer prevalecer las que están vigentes, con autoridades idóneas para este ejercicio legal; y también orientar en los centros carcelarios a los internos, para ir cambiando la mentalidad dañada de una parte del pueblo que no ha tenido la oportunidad de una mejor educación, para que actúen a conciencia y puedan, en especial las mujeres, cuidarse de tanta maldad existente. (O)
José E. Ortoneda Sánchez,
Bahía de Caráquez, Manabí