Quizá Guaidó dos centímetros más. La siguiente es una percepción muy personal, quizá superficial, pero cuando estoy escuchando a Guaidó hay gestos exactos que me recuerdan a Obama. Sin hablar de tendencia, cargos, de lo que hicieron o dejaron de hacer a favor o en contra del chavismo-madurismo y castrismo. Esta es pura apreciación desde la orilla. Obama y Guaidó tienen 22 años de diferencia, pero el rostro muy parecido, ambos lucen atléticos. Ya hasta me imagino a Guaidó bajando las escalerillas de un avión a brincos y en tono de trote como Obama. Barack tiene tres mujeres en su vida, Juan tiene dos. Pero no solo es lo físico, siento que los dos tienen una convicción con el destino. Ambos se muestran seguros de liderar una transformación en el rumbo de sus países. Los dos tienen fluidez verbal, les permite conectarse fácilmente con las audiencias sin filtros por estratos sociales. Los dos son inspiradores que logran crear nuevos liderazgos democráticos entre los jóvenes, no solo a favor de sus intereses electorales sino en pro de los principios democráticos. Obama fue congresista estatal y nacional. Y como político carismático gustó en la convención demócrata y luego llegó a la Casa Blanca. Al joven Guaidó, en cambio, hace dos meses no lo conocían ni los vecinos del condominio donde vive. Ahora “desde Baréin hasta Beirut, desde el norte hasta el Polo Sur”, como diría Shakira, saben quién es Guaidó. Estados Unidos, Canadá, una docena de países latinoamericanos del grupo de Lima, 20 países de la Unión Europea reconocen y respaldan a Guaidó.

A los 35 años le jugó el número, ocupó una vacante que había que llenar luego de que una buena tajada de líderes opositores a Maduro fueran encarcelados o exiliados. Guaidó ha reiterado sus llamados a las fuerzas militares, su abuelo formó parte de estas filas. La soberanía nacional de Venezuela está violada por una invasión cubana. En este país hermano no hay riesgo de una guerra civil, hay riesgo de una masacre de la población desarmada ante un sistema colapsado, donde se mueren de hambre y los servicios no funcionan.

Guaidó lleva más de una semana hablando de elecciones libres y preparando un dispositivo de llegada de la ayuda humanitaria a Venezuela. El plan suena sencillo, recibir el cargamento de medicinas y alimentos en tres centros de acopio en Colombia y Brasil y alguna isla caribeña, el reto será que los militares de Maduro dejen entrar dicha ayuda. Me queda claro que Guaidó no es un improvisado. 

Obama siempre quiso dejar de lado esa imagen clásica y acartonada de político, lo mismo estar con los primeros ministros, presidentes o reyes que elogiar a J. Balvin durante un acto de campaña de legisladores federales y además de confesar que Mi gente integraba su lista de canciones favoritas.

Guaidó también hizo un encuentro electrónico con el cantante Nacho y aseguró que iba a marcar la ruta de cambio.

Si él, Guaidó, logra la transición y convoca a elecciones democráticas y transparentes en Venezuela, tal como lo dice la Constitución, es un héroe a lo Obama. (O)