Por Byron Villacís *

En días pasados el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publicó los datos de desempleo y pobreza correspondientes a la encuesta de diciembre del 2018. Según los resultados presentados, entre diciembre del 2017 y diciembre del 2018, el desempleo y subempleo bajaron, mientras que la pobreza y desigualdad no cambiaron.

Desafortunadamente una lectura detallada de los reportes revela que el INEC modificó la muestra de la encuesta substancialmente y sin previo aviso. Por alrededor de 15 años la encuesta ejecutada los meses de diciembre tenía representatividad Nacional, urbana/rural, de 5 ciudades y provincial. El INEC decidió romper esta serie y reducir la muestra en alrededor del 45%, sin anuncio previo, discusión o propuesta alguna. La encuesta debía tener una muestra de 31.000 viviendas; sin embargo, en la encuesta de diciembre del 2018 aparecen solo 17.000 viviendas. Se desconoce si las encuestas faltantes no se ejecutaron, se ejecutaron pero no se ingresaron a la base de datos o si existió algún otro tipo de decisión metodológica. El INEC simplemente decidió publicar los resultados con este cambio, sin aviso explícito ni explicación alguna.

Este hecho es grave, al menos, por cuatro motivos. Primero, dificulta arribar a conclusiones sobre las condiciones de desempleo, pobreza, y desigualdad en el Ecuador (y decenas de indicadores que se calculan con esta encuesta). Al tener una encuesta con menor muestra se amplifica el margen de error, lo que dificulta encontrar diferencias significativas entre los años comparados. Esto se debe a que los intervalos de confianza de los indicadores se cruzan con mayor facilidad, permitiendo que sea más difícil encontrar cambios. Precisamente en una época de contracción económica donde estos indicadores son esenciales; es decir, cuando más se necesita claridad, intencionalmente se apagan las luces.

Segundo, se rompe una serie de comparabilidad muestral. Ahora es arriesgado (por decir lo menos) comparar dos encuestas anuales donde una de ellas tiene casi el doble de muestra. Si bien es cierto las encuestas trimestrales tenían una estructural muestral parecida (asumiendo que eso es lo que hicieron pero como no hubo anuncio no se sabe que pasó), esto no permite justificar una comparación simple entre encuestas anuales.

Tercero, implica un manejo peligrosamente informal de la estadística pública que, desafortunadamente, tiene antecedentes. En el año 2014 se realizó una modificación a las categorías metodológicas de empleo sin previo aviso, discusión, ni consulta (apareció parte del subempleo como “empleo inadecuado”). En el 2015 se modificó la metodología de informalidad, nuevamente sin previo aviso ni discusión. Gracias a esta modificación la informalidad en el país bajó alrededor de 13 puntos. En el 2016, nuevamente sin previo aviso, se volvieron a cambiar las categorías de subempleo (apareció el “otro empleo no pleno”).

Cuarto, elimina la posibilidad de hacer un seguimiento de las condiciones laborales, de pobreza y desigualdad que se hacía provincialmente. Es decir, ahora tenemos una película parcial que no revela la situación de las provincias del Ecuador. Adicionalmente dificulta el seguimiento nacional, regional y provincial de los ODS y la Agenda 2030.

El Gobierno del Ecuador debe abstenerse de concluir sobre la situación de desempleo, pobreza y desigualdad que existe en el país. Por lo menos hasta que el INEC haga el favor de anunciar qué hicieron en diciembre del 2018, por qué lo hicieron y sobre todo por qué se lo hace sin avisar ni discutir abiertamente con los usuarios. Se conoce que, en días pasados, el INEC invitó a medios de comunicación y analistas para presentar cambios en la página web. Lo curioso es que a nadie se le mencionó el detalle que cambiarían la metodología de empleo de forma tan drástica.

El Ecuador debe aspirar a un manejo serio, profesional y transparente de sus estadísticas. En días pasados el ministro de Economía, Richard Martínez, anunció las intenciones de que el país ingrese a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD). Lo invito respetuosamente a que revise las condiciones que tiene la organización respecto al manejo de estadística pública y a consultar qué pasaría cuando un país miembro maneje sus estadísticas públicas de esta forma.

Los funcionarios públicos en general, y sobre todo aquellos que administran información pública, deben recordar que su trabajo se debe a los ciudadanos. Por lo tanto, cualquier decisión que afecte la calidad, oportunidad y sobre todo transparencia de su información debe ser consultada, socializada y discutida con anticipación y claridad. Son nuestros impuestos los que están pagando las estadísticas y salarios, lo que se espera no solo es un manejo profesional sino el respeto a una institucionalidad. (O)

* Exdirector del INEC.