La ciudad dual es un concepto que hace referencia a la manifestación contemporánea de una estructura urbana social y económicamente polarizada.

La expresión visual del fenómeno de la ciudad dual se refleja en la marginación social en donde existen zonas urbanas altamente cualificadas y otras donde impera una decadencia física sin precedentes, debido a una distribución desigual de la riqueza marcada en la concentración del ingreso en un pequeño segmento de la población, en una franja de clase media y otra en la base de la pirámide social que corresponde a un amplio sector popular. Estas ciudades afrontan desafíos que no conviene observar por separado. La combinación del crecimiento urbano con la polarización social (desigualdad extrema de ideologías), y el cambio climático, es decir, el aumento de la temperatura del planeta provocado por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero, supone una mezcla explosiva que debe ser abordada de manera urgente. El éxodo hacia las zonas urbanas de cerca de tres millones de personas que se desplazan semanalmente hacia las ciudades, y el 90% de ese crecimiento se da en los llamados países en desarrollo. En estos se concentra el grueso de los 828 millones de personas que viven en barrios marginales con graves insuficiencias en infraestructuras y servicios básicos (electricidad, agua potable, saneamiento, atención sanitaria, educación, etcétera). El porcentaje de población que vive en estas zonas social y ambientalmente más vulnerables, no ha dejado de crecer en las dos últimas décadas: aumentó del 35% de 1990 hasta el 46% en el año 2012. La polarización social urbana ha aumentado en ese mismo período; más de dos tercios de la población urbana vive en ciudades donde la brecha de la desigualdad se ha ensanchado generando profundas dinámicas de segregación espacial (problemas socioeconómicos) y pérdida de cohesión social (los miembros de un grupo no generan lazos que los unen unos con otros).

El calentamiento global a su vez está provocando que aumenten aceleradamente los riesgos de exposición a los desastres de origen climático. Entre el 2003 y 2012 se registraron más de cuatro mil, ya que buena parte de la expansión de las ciudades se ha producido de forma desordenada sobre laderas frágiles, pantanos, esteros o zonas del Litoral. La población allí asentada es la que dispone de menos recursos. De no abordarse la relación entre proceso urbanizador, cambio climático y zonas vulnerables, los impactos de los desastres meteorológicos aumentarán dramáticamente, convirtiéndose en una cuestión de vida o muerte.(O)

Julio César Ubilla Abad, arquitecto, Guayaquil