Personas libres de prejuicios descubren en afirmaciones repetidas y en silencios orquestados un ataque combinado al clero católico. Según estudiosos no católicos, el 3% o hasta el 5% de clérigos católicos ha cometido el crimen de la pederastia. Basta el 3% o el 5% para experimentar dolor y vergüenza por el daño causado. Dolor y vergüenza motiven casa adentro a revisar la formación permanente del clero y a darle el apoyo moral permanente que necesita, especialmente en una sociedad erotizada, sexualizada.
Aunque el 3% fuera aún menor, hay derecho de esperar de quienes están llamados a educar, que enseñen también con el ejemplo, que el sexo es un grande valor humano, destinado a expresar una ayuda mutua, es decir, amor.
Cristo hace con esa unión lo mismo que hace con el agua en el bautismo: un medio para comunicar su vida. El matrimonio es un sacramento.
¿Habría que suprimir la cirugía, para evitar que el 5% de cirujanos cause muertes? ¿Habría que suprimir el celibato para evitar la pederastia del 3 o 5% del clero católico? Antes de la respuesta, señalo dos realidades conexas:
1ª. El celibato es un medio para consagrar a Dios un grande valor humano. Dios invita –no impone– a algunos a consagrarle este valor, como invitó a Abel a ofrecerle su mejor oveja. Quien acepta libremente el celibato reconoce en nombre de la humanidad la supremacía de Dios. Quien pide ser ordenado sacerdote debe oportunamente afirmar bajo juramento que se compromete libremente al celibato, para honrar a Dios, sirviendo con plena libertad.
Es entendible que no sea de fácil comprensión esta consagración; menos aún en una sociedad erotizada, sexualizada; todavía menos en una sociedad, que mercantiliza el sexo.
El clero está para servir. Que también los azotes que está recibiendo sirvan para evitar la reducción del sexo a su realidad meramente animal.
2ª. Sacerdotes célibes pueden servir (muchos, especialmente misioneros, sirven) con mayor libertad a hombres, mujeres y niños.
En la Iglesia católica se une el celibato al sacerdocio ministerial.
El que tenga oídos para oír y entender que oiga y entienda dice Jesús (Mateo, 11).
El celibato está unido e implica disponibilidad, movilidad, relativa pobreza, imposibles para una persona con obligaciones familiares.
Siendo indigno establecer comparaciones, para elevarse sobre otros, señalo solamente que en otros colectivos religiosos, profesionales, familiares cunde el crimen de pederastia. Viendo la paja solo en el ojo del vecino, no la vemos en el propio, y generalizamos el crimen.
Condenar la pederastia en el 5% del clero católico es un bien, en cuanto obliga a abrir los ojos a lo que está sucediendo en hogares, escuelas, etc.
Abrir la mente para descubrir que este y otros crímenes son fruto de la supresión de valores humanos, cuya cuna es la familia, secundada por la “escuela”. ¿Qué se puede esperar, suprimiendo los valores? Exigiéndonos, exijamos al clero católico. (O)