No dejamos de hacer leyes. Es la tendencia a creer que las leyes resuelven la vida colectiva, y también es el reflejo de desacuerdos profundos que mantenemos como sociedad, bogamos de un lado a otro.

Sin la más mínima duda, esta ley es mejor que los proyectos presentados en los últimos años… o meses. Refleja la decisión del presidente de desmarcarse del pasado, entendiendo (¿intuyendo?) que si ha encontrado tantas barbaridades en el campo político, institucional o ético, en la economía la ruta de diez años seguramente es mala… ¡y ciertamente era peligrosísima!

Uno. Remisión de multas. Le trae recursos al fisco y arregla problemas de algunos, personalmente no me gusta porque genera una tendencia a actuar mal y esperar próximas remisiones.

Dos. Beneficios para la inversión privada, lo cual es positivo (usamos mal el lenguaje al decir que se otorgan beneficios, en realidad los gobiernos exageran en los impuestos y regulaciones y luego supuestamente otorgan favores). Sin embargo, creo que es siempre negativa esa tendencia de otorgar ventajas ligadas a ciertas condiciones: sectores señalados por el Gobierno (¿y por qué no el panadero de la esquina?), los que invierten en los próximos años (¿y por qué no el que invirtió el año pasado, con más mérito porque estaba en un entorno más complicado?), los exportadores que cumplen tal o cual trámite, etcétera. Es mucho mejor tener impuestos y cargas similares y razonables para todos. Punto.

Tres. El anticipo de impuesto a la renta deja de ser un impuesto mínimo sin devolución. Es sano, pero sería aún mejor simplificar el propio anticipo.

Cuatro. Hay una “obligatoriedad condicionada” de disminuir el ISD. Sería mucho mejor un plan claro de disminución, sin condiciones.

Cinco. Se crea nuevamente un fondo de estabilización con los recursos del petróleo (y supongo minería) superiores a los establecido en el Presupuesto. Positivo. Pero no se dice cómo se establecen esos montos presupuestados (el método chileno de usar el promedio de los últimos diez años es por ejemplo sensato). Ni se dice cómo se usarían los recursos de ese fondo (una parte debería capitalizar al sistema de seguridad social).

Seis. Se plantea eliminar en tres años el déficit primario (sin contar intereses de la deuda). Está bien, pero no se dice si eso se alcanza vía más impuestos o menos gastos, y claramente debería ser a través de lo segundo. Así tendríamos una fase de endeudamiento creciente, luego se estabiliza y finalmente baja por la combinación de déficit primario nulo y la economía creciendo. Pero esta última fase no es muy clara, fácilmente podemos descarriarnos.

… y mientras tanto hay que seguir con la apertura comercial: Estados Unidos, Alianza del Pacífico, etcétera.

Nota: Es impresionante cómo los epítetos relativos al correísmo van creciendo. Se hablaba de la década despilfarrada o desperdiciada o robada y así por el estilo. Pero cada vez se confirma que fue mucho más grave. El secuestro de Balda está en primera línea, pero habrá que perseguir temas como la muerte del general Gabela, de Quinto Pazmiño y su esposa, de Valdiviezo, etcétera… Entramos a mundos oscuros. (O)