El artículo 26 de la Constitución de la República del Ecuador establece que la educación es un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber ineludible e inexcusable del Estado.

Sin embargo, estos derechos no se cumplen en su totalidad y de manera injusta hoy en día a nuestros jóvenes se les sigue exigiendo dar un examen para acceder a un cupo en las universidades estatales de nuestro país.

Pero, ¡oh sorpresa!, en la mayoría de casos o no hay cupo para la profesión que el bachiller desea seguir o el cupo es para otra profesión, causando desilusión y desazón en el joven ilusionado por estudiar la carrera que tanto desea y por la cual se esforzó estudiando.

Los jóvenes y los ciudadanos de nuestro país merecen respeto. El presidente del Ecuador, Lenín Moreno Garcés, debe tomar cartas en el asunto.

A pesar de que mi hijo, igual que otros jóvenes, se esfuerza estudiando para acceder a un cupo para ingresar a una de las universidades de Estado y estudiar la profesión que desea, la realidad es otra.

Padres de familias seguimos preocupados por la situación de nuestros hijos en este país con una grave crisis económica y un alto índice de desempleo; en nuestra desesperación porque nuestros hijos estudien una profesión tenemos como única opción las universidades estatales.

Una solución puede ser abrir los cursos preuniversitarios en las facultades de las universidades.

El presidente Moreno tiene la gran oportunidad de dar solución a la crisis educativa y social, para lo cual opino que deber reformar –o eliminar– la Ley Orgánica de Educación Superior dado que ha perjudicado a jóvenes, los cuales quieren acceder libremente a seguir las carreras que desean en las universidades estatales.(O)

Jean Paúl Lombeyda Paredes, abogado, Guayaquil