Los amigos se conocen con el tiempo y por lo que dan de sí. La vida nos hace conocer a muchas personas y su huella, sea cual fuese, queda ahí.

La amistad es una cualidad o virtud que nos llena de mucha satisfacción. Al conocer a personas deseamos expresarles lo mejor de nosotros, asimismo esperamos recibir lo mejor de aquellas, pero no todo es perfecto, existen personas afables y otras que no lo son.

Debemos fomentar el valor que tiene la amistad verdadera. Inculcar en los niños el valor de la amistad debe ser prioridad en la vida familiar, escolar, docente y social.

El verdadero amigo dice las cosas como son; es aquel que tiene por obligación hacer entender a la otra persona si está o no en error alguno, al mismo tiempo rendirle tributo cuando las cosas se han hecho bien.

Sin que nos quepa la menor duda, contar con amigos verdaderos es una de las mayores loterías que se puede sacar en la vida. Dar amistad sincera no cuesta nada, solo debe abonar en cada uno de nosotros los ingredientes de ser, ante todo, leales y fieles, pues de esta manera consolidamos la amistad, que es una de las bendiciones más grandes que el ser humano recibe.

Afecto, estimación y cariño, sin lugar a dudas, será lo mejor que recibamos y demos a nuestros amigos. (O)

Wilson Moncayo Agurto,
Educador, Guayaquil