“La democracia es un valor universal basado en la voluntad libremente expresada por los pueblos de determinar sus propios sistemas políticos, económicos, sociales y culturales y su plena participación en todos los aspectos de sus vidas”, es una definición a partir de la cual se conmemora el 15 de septiembre el Día Internacional de la Democracia, establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Se considera que los elementos esenciales de la democracia son los valores de libertad y respeto de los derechos humanos y la celebración periódica de elecciones. Los tres se vuelven requisitos indispensables para considerar democrático a un país, de manera que no es suficiente el ejercicio del derecho al sufragio; si no hay un irrestricto respeto a los derechos humanos y a la libertad de todos y cada uno de los ciudadanos, no podemos catalogarlo como tal. Es por eso que el termómetro del nivel de democracia es una sociedad civil fuerte y libre que trabaja sin ataduras para alcanzar el progreso. En palabras del secretario general de la ONU: “Una nación segura de sí misma da voz a los ciudadanos y les permite participar en el desarrollo del país”.
Es importante recordar, y este es un día propicio para hacerlo, que la democracia no solo es una doctrina política, sino una forma de vida colectiva que se sostiene en la voluntad de los ciudadanos de vivir y alcanzar el progreso en libertad y de no permitir que sus enemigos, la intolerancia, el irrespeto a los derechos ciudadanos y el autoritarismo, la traicionen. (O)